viernes, 18 de julio de 2014

SE BUSCAN CHATIS




Resulta que campan estos días por la ciudad algunos varones en busca de compañía eventual. Y no me refiero a ese tipo de amor que se paga en cash, no. El tipo de tío al que me refiero está soltero o separado y ha pasado el invierno enlazando historias intermitentes y toreando a aquellas mujeres que querían algo más. Es la llegada de agosto lo que produce en él un vértigo extraño, un abismo de soledad al que no tiene claro si se quiere enfrentar. Se imagina entonces compartiendo velero en Ibiza, chocita en Formentera o pequeño hotel en Tarifa, destinos donde sabe que va a poder pasear con su nueva adquisición sin tener que dar explicaciones, ni cruzarse a los amigos de su antigua mujer, ni estar sometido al ojo escrutador de esos que luego le van a pelar. Durante esos días dorados la parejita hará el amor, beberá vino helado, hablará de cosas de las que nunca ha hablado, reirá y disfrutará de esa burbuja de inconsecuencia alentada, además, por la sensación de mareo que en esas circunstancias provoca lo que se sabe perecedero. Por ello los que aún no han conseguido compañía se lanzan durante los últimos días de julio a una especie de cacería que centran sobretodo en terrazas y pubs, paseando con su coche en plena noche, acudiendo a los pocos eventos que todavía tienen lugar… haciendo lo que sea para dar con esa chati estival. Aquellos que no lo consigan tendrán que resignarse a acoplarse en planes de amigos o bien tratar de volver con su última ex, esa a la que dejó en el mes de mayo pensando que el verano se le planteaba animado. Mi consejo a estos robinsones es que tomen nota de la fábula de la hormiga responsable y ahorradora y la cigarra díscola y vaga pues, a la hora de la verdad, puede que la vida de la cigarra sea más divertida, pero es la hormiga la que dispondrá de calor y de comida. ¿O acaso alguien conoce a algún hombre al que le guste pasar hambre?

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