viernes, 9 de noviembre de 2012

FANTASÍAS EN TIEMPOS DE CRISIS



Comentaba el otro día con amigas una noticia de reciente aparición: “la crisis apaga la pasión”. En ella se revela, tras un sesudo estudio, que las apreturas económicas no sólo nos traen quebraderos de cabeza sino que instalan en nuestra cama la pereza. “A Jorge desde que está en el paro se le levanta a duras penas” – nos confirma una de ellas. “Lo mío no es tan radical, pero si que es cierto que con tanto pesimismo, Antonio no ha vuelto a ser el mismo” –se suma otra. “Que sosas que sois, en mi caso es todo lo contrario, no sabéis usar la imaginación” –dice una tercera. Y le exigimos la correspondiente explicación. “Nuestra situación es jodida, como la de todos, yo ahora no trabajo y la empresa de Pedro cada vez va peor” –relata. “Pasamos una temporada de mucho bajón, y se empezó a resentir nuestra relación” –continua. “Así que un buen día decidí que tenía que arreglar el asunto y me monté un teatrillo en el que había un toque de queda, una amenaza mortal, y nos enfrentábamos a nuestra última noche en la casa. Empezamos medio en broma y terminamos metidos en el papel, yo agarrada encima de él, haciéndolo como bestias” –explica, mientras el resto nos miramos alucinadas. “Otro día se hizo pasar por el cobrador del gas, portador de una factura pendiente. Yo le suplicaba que fuera clemente y le proponía arreglarlo en la cama, al estilo de las viejas cortesanas” –prosigue. “Lo mejor fue una noche que yo llegaba con moto y le entregaba una pizza, él no podía pagar y le obligué a trabajar, un buen rato, en la zona de abajo” –nos cuenta. Aún soltó varias más. Nosotras nos quedamos sin palabras ante este derroche de sexo-ficción. Pues si es verdad que las penas con pan son menos, Silvia decidió sustituir la barra de cuarto por todo un mundo de fantasía donde la sombra de la penuria, lejos de dejarla fría, ha llenado su vida de alegría. Al despedirse aún nos dio un último consejo: “ A falta ternera echad mano del conejo”.

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