viernes, 21 de septiembre de 2012

ENCUENTRO ESTELAR



Pese a que el instinto humano es un elemento poderoso, la predisposición personal o la misma efusión, nos pueden conducir a la más tremenda confusión. Miriam conoció a Gonzalo en una inauguración. Tras unos minutos de conversación le resultó apuesto y sensible. “Un tío atractivo, culto y atento en esta ciudad. Para mi es la gran novedad” –les contó a sus amigas. Motivado por su personalidad afín, Gonzalo la invitó a comer, al cine, al teatro y a alguna que otra exposición. Siempre correcto, siempre cortés, siempre halagando la belleza de ella que, impresionada ante su nueva adquisición, se dejaba querer esperando en cada cita la anhelada consumación. Una noche la invita a cenar en su bonita terraza. Allí le muestra un imponente telescopio de dimensiones profesionales, y tras el menú marroquí y los mojitos posteriores, aprovechando que el cielo está despejado, le enseña las constelaciones. “Mira, la Osa Menor, Casiopea, Cefeo, la Cruz del Sur, la estrella Spica…” –le ilustra él. Ella, excitada ante tremenda exhibición, se va al baño donde se envalentona y decide salir sin ropa y tumbarse en una hamaca en posición sugerente. Él sigue con el ojo puesto en el visor. “Allí veremos a Géminis, León y Orión” –continua. Ella se lanza entonces y suelta: “Y justo de frente darás con la loba caliente”. Gonzalo al verla de esa guisa da un respingo. “¡Miriam! ¿Qué haces? Disculpa pero algo has entendido mal, yo soy homosexual” –explica turbado. Ella se cubre cortada. “¿Y por qué tanto interés, tantas llamadas y atenciones?” –pregunta. El contesta mirando al suelo: “De verdad no he querido ofenderte, con mis últimas citas no he tenido mucha suerte”. Ella, que parece detectar en sus palabras una invitación, se levanta y le coge por detrás. “Quizás te apetezca indagar en alguna otra disciplina. Yo puedo ser muy masculina” –le susurra al oído. Esa noche ambos decidieron probar y mantuvieron una relación estelar. Más tarde Miriam explicaría: “Creo que hay que experimentar, aunque eso implique que no me pueda volver a sentar”.

1 comentario:

  1. No, no, como se suele decir, los experimentos con gaseosa. Yo quiero seguir pudiéndome sentar a gusto...
    Saludos.

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