martes, 16 de septiembre de 2014

SEXERCISE




En el ambiente reina la penumbra, con luces indirectas y una suerte de bruma que empaña el espacio, señal inequívoca de la presencia de humedad. Un primer plano de una caja abierta de una exclusiva firma de lencería, tacones de aguja, un flash de unas piernas femeninas que se presentan esculpidas, infinitas. La nuca de una mujer que lleva el pelo recogido aparece salpicada por pequeñas gotas de sudor, a continuación la espalda desnuda, sinuosa, empapada. Unas nalgas perfiladas, muslos apretados, cinturas. Hacen su aparición las protagonistas vestidas con stilettos y maillot. El nuevo video de Kylie Minogue transcurre en un gimnasio. La cantante y sus dos acompañantes redescubren en la pieza nuevos usos para el material deportivo que ellas elevan al estatus de complemento porno. El potro que todos saltábamos en la escuela le sirve a una de ellas para montarse encima y frotarse moviendo la cintura, como queriendo aliviar picores imposibles en la zona de la entrepierna. Otra se agarra a una vaya metálica que parece recubierta con miel y canela. La bola hinchable, tan de moda para hacer Pilates o abdominales, sirve de trono sensual donde las damas reposan con las piernas en tensión, sacando pecho y rebotando la pelvis con las manos apoyadas en las rodillas, como si estuvieran lanzando dardos con el impulso de sus caderas. El término “sexercize”, que es el nombre de la canción, se ha convertido además en el emblema de todos aquellos que entienden la sexualidad como si en vez de piel con piel fuera material de burdel. Shakira, Rihanna o Miley Cyrus son otras de las interpretes que han encontrado un filón en el negocio de calentar braguetas. Por ello no se sorprenda si en septiembre vuelve al gimnasio y se encuentra con que la nueva actividad estrella tiene que practicarla con la piel untada en aceite y vestido con ropa interior.

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