lunes, 20 de abril de 2015

AQUÍ AMOR ALLÁ SEXO



«Ahora ya sé como piensan los tíos», afirma Blanca, «la clave está en separar el sexo del amor, tratarlos como dos elementos compatibles pero perfectamente independientes. Esa es la clave del instinto cazador del varón que se basa en la obtención de parejas sexuales con la intención de afirmarse. Ellos no piensan que para gozar hay que amarse», señala. Otra del grupo saca a colación una frase del guión de la película Nymphomaniac, de Lars von Trier, en la que una joven le dice a la protagonista, “el amor es el ingrediente secreto del sexo”, a lo que mi amiga  añade, «creo que el impulso carnal sin sentimiento tiene que ver más con el comportamiento animal que con lo vínculos que se crean entre humanos».
Blanca habla entonces de los mitos románticos, de la idea impuesta de noviazgo y matrimonio, de los “te quiero”, los “te amo”, del “no soy nada sin ti”, de la fantasía de dar con esa media naranja que te complete y junto a la que todo cobre sentido, «eso es algo pleno y placentero que sin duda está muy bien. Pero la historia ha revelado que un hombre puede estar enamorado de su mujer y a la vez tener sexo con otra, y no por eso dejarla de querer. Se le llama affaire y está socialmente aceptado. ¿De verdad creéis que ellos están más preparados?, si ya está más que demostrado que no puede hacer más de una cosa a la vez», constata. Entonces anima al resto de las presentes a tener una aventura, «que no es lo mismo que ser infiel, pues se puede hacer estando soltera. La idea es centrarse en lo físico prescindiendo de la carga del compromiso. Se supone que esa liberación de la carga emocional nos ocurre ya cumplidos los cincuenta, pero yo os animo a adelantaros, a aprender a separar la carne del pescado, el vino del agua, lo dulce y lo salado o, ¿acaso al hombre se le dice en algún momento de su vida que para disfrutar en la cama hace falta estar enamorado?

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