viernes, 13 de febrero de 2015

VEINTEAÑEROS DE 50




Si eres de esos hombres a los que a los veinte le gustaban las chicas de veinte pero a los treinta, los cuarenta y los cincuenta le siguen gustando las de veinte, esto es para ti. Lo primero que tienes que saber es que tú, en realidad, no le gustas a ellas. Les gusta tu cartera o están tratando de superar el tema del padre ausente o algún extraño vericueto de su mente producido quizá por la lectura de alguna novela. Lo segundo, y no menos importante, es que el mundo está plagado de tías de bandera, mujeres con muslos y caderas y dos tetas, damas en las que el tiempo ha dejado la impronta de la experiencia, la capacidad de reír, y de sufrir, que saben disfrutar de su cuerpo, a las que les gusta conversar y gozar, y que asumen el paso del tiempo como algo saludable y natural que forma parte de la vida. Lo tercero es que lo más seguro es que tu cuerpo a los cincuenta parezca el de un hombre de cincuenta, al igual que tu capacidad sexual, y aunque tú no lo sepas te aseguro que ella lo sabrá y, lo mas importante, será algo evidente para el resto. También te diré que te estás perdiendo muchas cosas, que los amigos o conocidos que se enamoran y comparten su vida con mujeres de su edad no son unos pringados ni están equivocados. Aquellas que son madres, además de haber hecho lo más bello que alguien pueda esperar, tienen desarrollado otro nivel de ternura y una sensualidad muy especial, visible a los ojos de aquellos con mirada sensible. El cuerpo es materia orgánica que vive en constante evolución y dejar de cumplir años equivale a no estar en el mundo, y las chicas que salen en publicidad son modelos  maquilladas y retocadas, por las que los años también pasarán. No te quiero asustar, pero a eso que te dificulta la visión completa de cierta parte (no tan grande) de tu anatomía cuando estás tumbado boca arriba, se le llama barriga.

viernes, 6 de febrero de 2015

VUELVE GREY DE CARNE Y HUESO




El próximo fin de semana llega el estreno cinematográfico más esperado de los últimos tiempos. A partir del viernes 13 pueden dar por finalizado el invierno pues llega a las pantallas el señor Christian Grey para hacer entrar en calor a todas aquellas que anhelan un correctivo. Y no son pocas. Sé de grupos de damas en tropel que ya se han citado para compartir esa experiencia casi mística. Las imagino con las uñas clavadas en el asiento mientras el joven ejecutivo pone esposas y reparte palmadas en las nalgas, extasiadas ante la recreación tangible y visual de aquello que en su día imaginaron libro en mano. La secuencia del ascensor, el rato orgásmico en el avión, la primera vez que él le enseña el cuartito de los juguetes, el polvo cariñoso que Christian decide pegar doblegado, que no es lo mismo que enamorado. El hecho es claro: las señoras quieren caña. Desde aquí advierto a novios, compañeros y maridos que la vuelta a casa puede ser apoteósica y los animo a ponerse a entrenar si desean estar a la altura. Como el mercado siempre se adelanta a los acontecimientos alguna mente avispada se ha lanzado con unas tarjetitas de esas que colocan en los coches en las que un joven ataviado con traje de chaqueta, de torso marcado, se acaricia unas manos que parecen diseñadas para amasar junto a la leyenda, “¿te has portado mal?”. Prostitutos del mundo, amantes de gimnasio, compañeros cariñosos de trabajo, aprovechad el filón pues, si bien el papel hizo a las lectoras fantasear, ahora llega la versión carne, fluidos y piel. Dos años después del lanzamiento de las novelas, 24 meses más tarde de la propagación de ese “porno para mamás”, vuelve Grey, pero ahora moreno, musculoso y de verdad. Esperen, me parece escuchar a lo lejos el sonido claro y repetido de varios «uh, ah, ahhh»…

lunes, 2 de febrero de 2015

TEÓRICOS DE LO SEXUAL



Leo en un artículo que se han puesto de moda las escuelas de sexo en nuestro país. El texto narra como a las alumnas de “técnica oral” se les entrega una banana al entrar a la clase y, tras una parte de teoría, en la que son instruidas en la historia de esta práctica ancestral poniendo como ejemplo el caso de la habilidosa Cleopatra, pasan a la acción demostrando la aprendido con el fruto. En otra de las aulas se imparte bondage. Los allí inscritos aprenden a manejar el látigo o las esposas con el fin de obtener placer a través del dolor, una disciplina muy en boga, según cuentan, gracias a la influencia del señor Christian Grey. Citan el caso de una profesora de práctica tántrica que imparte lecciones a parejas formándolos en el masaje e incidiendo sobre la forma de tocar, pues no es lo mismo agarrar que posar las manos sobre el cuerpo del otro y hacerlo vibrar. Me informo y en casi todas estas academias las clases son de carácter grupal. No puedo evitar pensar en lo embarazoso del tema cuando, al encontrarte con alguno de tus colegas de la escuela yendo acompañado, tengas que dar la información con frases como «es una chica que viene a mi clase de felación», o «vamos juntos al curso de técnicas de sumisión». Otro punto peliagudo será el momento de grabar en el teléfono el número de algún alumno, algo que me imagino en plan “Merche taller autoplacer” o “Javi curso anal”. Más allá de nomenclaturas la cuestión es ¿se puede aprender de sexo? Según algunos se trata de instinto animal, para otros es mental y tiene su origen en el pensamiento. Otro sector, en mi opinión más acertado, aconseja centrarse en la parte de la seducción, esa fase intermedia donde ser receptivo y mostrar lo mejor de uno mismo. Sino estos aprendices corren el riesgo de convertirse en teóricos de lo sexual, un peligro en un terreno donde pasar a la acción parece ser la clave del asunto.