domingo, 9 de septiembre de 2012

SEXO EN LÍNEA



Ligar vía Internet se ha convertido en algo habitual de un tiempo a esta parte. Muchas son las páginas en las que inscribirse para conocer candidatos a satisfacer nuestras apetencias o simplemente saciar la curiosidad, el aburrimiento o quizás convertirse en puro divertimento. La teoría en sencilla: cuelgas tus datos personales, puntualizas tus preferencias, escoges una foto en la que salgas decente y voilá!, te encuentras de frente con todo un universo de hombres y mujeres que, independientemente de su edad o situación buscan, en la mayoría de casos, pegarse un buen revolcón. Pero ¿qué hay de la práctica?. Porque una vez cerrado el asunto, yo me pregunto: ¿cómo serán las citas?, ¿se pasará por el tentadero o se irá directamente al magreo?. La respuesta la tengo durante una cena con amigos en el barrio de Ruzafa. A los postres Manuel, soltero desde hace unos años, nos resume sus andanzas en una frase muy escueta: “Desde que me apunté en esa página para ligar no he dejado de mojar”. Yo le pido que me informe, pues tengo curiosidad de saber de qué se trata. Entonces su teléfono emite un pitido y él me muestra la pantalla. “Mira, en la zona donde estamos tengo cuatro candidatas. Dos en la calle Cádiz, una en la calle Sueca y otra más por Centelles” –me cuenta. “¿Cómo?” –le pregunto sorprendida. “Yo di de alta mis datos y también lo que espero de ellas. Si el teléfono entra en contacto con el de alguna mujer afín, me avisa con un mensaje y ya está, ¡al abordaje!” –continua. Miro entonces la lista de candidatas: “Sweet_sister”, “Lady Melones”, “Conejo al ajillo” y “Baby Agra”. “¿Y tú como te haces llamar?” –le pregunto alucinada. Él me mira, carraspea y contesta tras unos segundos: “Morcilla de Burgos”. Tras reírme un rato a gusto constato que a estos niveles de proximidad, no se valora mucho la sutilidad. “¿Y ahora qué pasa?” –interrogo impaciente. “Este es un momento importante, la hora de la verdad donde me envían la fotografía” –relata. “¿Y tú no tienes que enviar?” –me intereso. Manuel afirma con la cabeza y me muestra su galería, una serie de retratos en los que posa sentado en la arena moviendo al viento su escasa melena, marca bíceps sin camiseta, o sonríe con las gafas de sol levantadas sobre una moto prestada. Aunque son de dudoso gusto mi amigo parece más alto, más guapo, más robusto. “Pero si están todas retocadas” –le suelto. Él me enseña la foto de una tía despampanante de melena brillante y tipazo increíble. “Esta es Lady Melones ¿de verdad piensas que estas son sus verdaderas proporciones?” –me pregunta. Resulta que es algo establecido, vender un sueño, una fantasía ideal para contactar con otros que quieran verte como tal. Bien pensado, tras la primera impresión donde la novedad y la falta de proximidad nos pueden llevar a la confusión, en lo privado la mayoría somos del montón. No hay nada malo entonces en mostrar un yo mejorado con el objetivo de culminar un romance que pretende simular estar a nuestro alcance.
Tras la cena entramos en un pub. En la barra Manuel saluda a una chica, más bien normalita, con la que se enfrasca en una animada conversación. Al pasar camino del baño le digo al oído: “pues es verdad que las fotos están trucadas”. Manuel sonríe y me contesta: “esta es Conejo al ajillo, la otra me dio esquinazo, ¿no encuentras que tiene un tipazo?”. La noche continúa y Manuel, en su versión morcilla, se marcha en compañía de esa chica para culminar, me imagino, su historia de amor fugaz. Días más tarde le digo a Manuel “todo eso está muy bien, pero ¿no has pensado en formar una familia?”. A lo que él me responde “si, es algo que tengo planeado, pero hasta que llegue la mujer ideal, que me quiten lo bailado”.  
El romance muchas veces toma formas que no siempre están a nuestro alcance. Una simple foto acompañada de una breve descripción, pueden abrirnos las puertas a otro tipo de relación. Sexo directo, sin preámbulos ni citas interminables que a veces se presentan como pruebas insuperables. Abramos la mente a las nuevas propuestas pues, sean o no de nuestro agrado, para muchos son el detonante de una vida mucho más emocionante. Y no olvide lo importante: una buena fotografía vale más que toda una noche de palabrería.

1 comentario:

  1. Ciertamente, cuando se está libre, internet es un mundo lleno de posibilidades, y una manera tan respetuosa como otra cualquiera de ligar. Como bien dice "Morcilla de Burgos", que le quiten lo bailao. Que disfrute, que ya le llegará el día que no tenga esa libertad.
    Saludos.

    ResponderEliminar