viernes, 19 de octubre de 2012

AL CALOR DEL RETROVISOR



Gloria es invitada a una fiesta en Madrid. Al contarlo en el trabajo le dice Eva, una compañera, que el mismo fin de semana, por una historia con su hermana, se marcha a la capital en compañía de su novio. “Vente en nuestro coche, no hay problema, saldremos a mediodía para evitar que nos pille la noche” –le ofrece amable. Gloria acepta y el viernes, a la hora de comer, la recoge en su casa la pareja. Eva le presenta a Diego, su novio desde hace unos años, que le parece amable y lo que es mejor, conduce a una velocidad aceptable. Cuando llevan media hora de autovía Eva se queda dormida. Gloria se acomoda en el asiento de atrás distraída. Pasea la mirada ociosa por el interior del vehículo cuando se cruza con los ojos de Diego, que la observa a través del retrovisor. Ella, cortada, retira la mirada con prudencia, segura de que se trata de pura coincidencia. Entonces él levanta la mano y mueve el pequeño espejo hasta dejar el punto de mira a la altura de su escote. Eva, intimidada, se cubre con disimulo pero él lo vuelve a mover hasta el lugar donde se juntan sus muslos. Ella, con cierto remordimiento, se deja arrastrar por el momento y se acaricia la pierna desde la rodilla ascendiendo con pausado movimiento. Él suspira y va desplazando el espejo según donde ella mira. Ella se abre la camisa desabrochando un botón. Él se lleva la mano hasta el pantalón. Ella se moja los labios y se introduce un dedo en la boca, él juega con su bolsillo sin ser consciente de la realidad, ya que conduce a toda velocidad. Cuando ya está al rojo vivo, les adelanta un coche de policía, que le hace señas para que salga de la vía. Eva se despierta cuando Diego ya está de pie en el arcén con la puerta abierta. “¿En qué estaba pensando?” –le pregunta el policía. “He empezado a sentir calor, no me he dado ni cuenta” –responde arrepentido. El final de la opereta lo protagoniza Gloria, que desde el asiento de atrás, muy quieta, le indica a Diego con un gesto que se suba la bragueta. 

3 comentarios:

  1. Un excelente relato, provoca una sonrisa cómplice, como aquella que se editaba en vertical.
    :)

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  2. Menuda situación... y menudo morbo. Muy buen relato... aunque un poco corto. Me he quedado con ganas de más jajaja
    Besos.

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