domingo, 12 de mayo de 2013

HOMBRES QUE MIRAN A HOMBRES





Esta semana las mujeres del país tenemos algo que celebrar. Real Madrid y Barça han sido eliminados de la Champions League lo que, y dejando a un lado el tema deportivo, se traduce en muchos casos en volver a la normalidad. Las casadas o emparejadas si su maromo es futbolero sabrán bien a lo que me refiero. Si deciden verlo en casa, a última hora siempre se apuntan un par de amigos. “Tú ni te preocupes, nos apañamos con cualquier cosa, saca sólo unas latas” –te advierte. “Lo que se traduce en tortilla de patatas, embutido, aceitunas, papas, chorizo y una tensión constante que percibes cada vez que pasas por delante y los observas entregados al partido. Luego, tras las dos horas de griterío lo dejan todo perdido y el salón con el aroma penetrante e inconfundible a grupo de tíos. Si lo ven en casa de otro te salen con el encarguito. “¿Me harás un bocadillo bueno? O si quieres unas anchoas o empanada” –te pide. “Pero si cuando vienen aquí ninguno trae nada” ­–le contestas. “Venga, no seas recelosa, todas prepara alguna cosa” – justifica. Entonces se marchan a casa de alguno de los solteros con los presentes envueltos en papel de plata. “Mirad a ver, creo que me han puesto canelones” –dice uno. “Yo traigo ensalada de pollo” –dice otro más. Y así lo van soltando en una mesa de centro de la que irán picando en plan animal, sin servilletas ni cubiertos, porque todos y cada uno de sus sentidos estarán puestos en el partido. Este año, y estoy segura que la programación la hace un tío, nosotras hemos sufrido cada uno de los encuentros de la Champions, la Europa league, la copa del Rey, la liga, las previas, los resúmenes, las ruedas de prensa, las mesas deportivas, las lesiones, las declaraciones, las especulaciones.
Recuerdo una noche hace unos meses en la que me cito en un bar de Antiguo Reino con antiguas compañeras del trabajo. Sentadas junto a una mesa tomamos unas tapas y bebemos vino mientras los hombres de alrededor miran el televisor que emite el Barça - Valencia. Una de mis compañeras, una rubia alta, delgada y con potente delantera, nos narra sus peripecias sexuales con un padre separado con el que se ha liado y que parece estar muy bien dotado. Gesticulando nos indica el tamaño de su miembro y nos cuenta con detalle los pormenores de ciertas posturas y de otras prácticas un tanto erráticas que ambos practican en la intimidad. Pese a que habla en un tono bastante audible y la escena es digna de mención, los cincuenta machos de nuestro alrededor solo tienen ojos para los futbolistas de corto que corren en la pantalla. Yo me digo a mi misma que algo falla, algún dato que las damas aún no hemos advertido y que se sale de lo estrictamente deportivo. Me viene a la cabeza la estatuaria griega de Praxíteles donde la exaltación de lo corpóreo traspasa las barreras de lo carnal y el hombre, que admira al hombre, se deja llevar por el impulso natural del culto a lo bello y equilibrado. El futbol entonces se presenta como una danza tribal donde no hace falta ser alto, ni musculado, ni especialmente dotado para ser aceptado. Por ello el varón, tendente a lo pragmático, se siente atraído por este ritual democrático donde ver reflejada su delicada virilidad. Pienso en otra teoría de cariz mucho más sexual, donde la acción del gol está asociada mentalmente con la anhelada penetración. El partido quedaría así como un símil idealista de la conquista.
No puedo imaginar cual sería el equivalente en la mujer, pero presiento que no existe hasta el momento un entretenimiento capaz de atrapar la atención femenina de manera tan total y visceral. Aun así no cantemos victoria, pues con la temporada estival comienza la Fórmula 1 y el motociclismo, con lo que las mañanas de los fines de semana seguro que más de uno se escaquea con la excusa de “quiero ver la carrera”.  La asociación histórica hombre-deporte ha derivado en la versión  mundana de hombre-sillón-televisión, que por inercia tiene su acción en la habitación, instaurando la desgana en la cama donde seguro que a más de una le gustaría ser ganada por goleada.

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