domingo, 9 de febrero de 2014

DESEO FEMENINO


En un artículo reciente sobre el deseo carnal de la mujer leo que este disminuye con los años, si se encuentra en pareja. ¿Y el de los hombres qué? –dirán. Lo que mengua en este caso es la frecuencia y los niveles de satisfacción, pero no la motivación. Explica que la excitación en el macho se activa como si fuera un botón y que para ellas el tema es más complejo, que cada vez es como si tuvieran que componer una jugada de ajedrez. El apogeo sensual de la dama, añade, se da a los cuarenta y tantos y aquí la sorpresa: se ha descubierto que no es cierto que su máxima aspiración sexual tenga que ver la reproducción. Así quedaría desterrada la idea de que ellas prefieren la monogamia y el romanticismo y que ellos son más de botifarra y jamón. Asegura que un potente laboratorio se encuentra trabajando en la Lybrido, la píldora mágica femenina que promete elevar su libido a niveles de concurso. Su lanzamiento al mercado casi se ha convertido en un asunto de estado pues el macho, consciente del poder de este fármaco, vive acojonado. Imagínenlo temblando, pensando que es su novia o su esposa la que, fulminada por una repentina y artificial excitación, sucumbe a las garras de la pasión con ese conocido con el que se cruza una noche. «No me he podido controlar», «me he dejado llevar», «no ha significado nada», «sólo ha sido sexo, lo nuestro es amor» – la visualiza diciendo, utilizando esas justificaciones que durante siglos han sido patrimonio exclusivo de los varones. Al día siguiente él recibirá unas flores en el trabajo y durante varias semanas ella se mostrará mansa y encantadora, echándole mucho cuento al rollo del arrepentimiento. Él se reprochará a sí mismo no haber estado más dispuesto, pues ya se habrá dado cuenta de que lo que no se obtiene en casa, se trajina fuera con el primero que pasa. Seguro qué a más de uno le suena esta situación y se sabe hasta el guión.





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