jueves, 1 de octubre de 2015

EL TOPLESS DE NAOMI



La megatop de los noventa Naomi Campbell vuelve estos días a la primera línea del interés mediático a causa de una fotografía enseñando los pechos que ha subido a su cuenta de Instagram. Pese a los miles de “me gusta” y de comentarios favorables, en torno a la imagen se ha generado un debate sin precedentes: ¿cuándo será eliminada de la citada red social esa foto en la que todo el protagonismo parece girar en torno a unas tetas? El tema es que una foto parecida de Rihanna fue censurada no hace mucho y también pasó con otra de Miley Cyrus y antes con otra de Rumer Willis. En todos los casos estas jóvenes y guapas celebrities acompañaron la instantánea con el hastag #freethenipple (#liberaelpezón), un movimiento feminista surgido en 2014 con el fin de reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres y de luchar contra la cosificación del cuerpo de la mujer. Y para ello se sirven del pezón como símbolo, un atributo que debe ser mostrado, liberado, fotografiado y paseado sin límites. Los partidarios de tal iniciativa argumentan la permisividad que existe en los medios con las escenas de violencia y con los anuncios de pornografía. Una comparativa que a mi no me sale a cuenta. ¿Pezones imponiendo su ley en la orilla más sórdida de la condición humana? Además se quieren distanciar del término topless tan asociado a la época del destape y a la arena de Benidorm o Marbella.
Les lanzo a las ideólogas una pregunta: ¿a quién va dirigido el mensaje? Porque si es a las mujeres la visión de unos pechos a la mayoría nos plantea un debate estético basado en la comparación y relacionado con el tamaño, la forma o la caída. Si es el hombre el receptor, y me apoyo en teorías antropológicas de peso, ante tal exhibición el varón, más allá del mensaje, del contexto y de la relevancia de la reclamación, solo ve dos tetas. Y me dejo lo de las carretas.

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