viernes, 25 de septiembre de 2015

EL SEXO DE PODEMOS




Esta semana sale a la luz que David Cameron introdujo su miembro en la boca de un cerdo muerto, un escabroso suceso que tuvo lugar durante su etapa universitaria en Oxford. La noticia nos puede provocar un “vaya, como son los ingleses para estas cosas” y traernos a la cabeza la foto de hace unos meses en la que aparece John Sewel, presidente de la cámara de los lores, fumando un pitillo con gesto teatral ataviado con sujetador rojo y chupa de cuero. Resulta que la imagen es tan solo un fotograma de un video en el que, el que fue ministro de cultura con Tony Blair, mantiene relaciones con dos prostitutas y esnifa cocaína de los pechos de una de ellas. En el extremo más alejado del tablero tenemos a Pablo Iglesias soltando en un acto reciente que le van a dar sexo y látigo a Artur Mas. Leo en un una entrevista sobre el tema que el líder de Podemos confiesa que practicar sexo “es una cosa que sería muy saludable en campaña para soltar tensiones” que el látigo, “va en función de lo que le guste a cada uno”, y pasa a nombrar a Pedro Sánchez, al que “le gusta el sexo pero con un poquito sólo de látigo”. En la misma línea está la frase de Lluís Llach que acusa al de Podemos de tener “obsesiones sexuales con Mas”, y una columna en la que Elvira Lindo fantasea con como debe ser pegar un polvo en la casa de un desmelenado Iglesias en Vallecas, entre muebles de su abuela. ¡Qué aburrido!. Yo me imagino ahora la escena a lo bristish. En ella tenemos a Artur Mas enfundado en cuero pasándole el plumero a dos meretrices cubiertas tan solo con una barretina. Iglesias lidera una suerte de orgia con miembros de su cúpula mientras recita a Miguel Hernández, Iceta con penacho pone temas de Village People, Elvira Lindo se unta el cuerpo en salmorejo y se alivia a lo Olvido Hormigos y Pedro Sánchez, a pecho descubierto, posa para un selfie grupal luciendo banda de míster y cetro.

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