lunes, 1 de febrero de 2016

PORNO CORRUPTO


Joaquín Fernández Díaz, ex vicesecretario del PP de Asturias implicado en la Operación Pokémon, escribió en su ordenador en el aparatado de anotaciones contables los concepto “putiferios” y “putas y varios”. Por si las dudas. El implicado no se anduvo con rodeos a la hora de clasificar esas partidas procedentes de unos fondos de oscuro origen. El idilio turbulento que desde hace décadas mantienen algunos políticos y empresarios con el mangoneo y que en estos días florece en nuestras tierras ha sido aliñado, en ocasiones, con el picante ingrediente sexual en forma de amante, meretriz o esposa despechada. El tema ha calado tan profundo que si antes bomberos, policías o masajistas eran las profesiones favoritas por la industria del porno a la hora de protagonizar escenas X, ahora lo que se lleva es el tipo turbio, encorbatado y de dudoso pasado. “Allison Star y Candy Alexa se lo montan con dos funcionarios corruptos” o “Político caliente seduciendo a una votante” son algunos de los sugerentes títulos que ya circulan por la red. El hallazgo me hace pensar que, si bien el policía con esposas y porra representa autoridad, al bombero se le presupone como un hombre musculoso y comprensivo, y al profesor se le adjudica ese punto didáctico y paciente que a muchas señoras les resulta estimulante, ¿cuáles serían las cualidades sensuales que se les atribuiría a aquellos mandatarios o empleados de la administración imputados? Me imagino la secuencia. El individuo en cuestión llega enfundado en un traje y porta un maletín. La dama le alaba el atuendo. Él le habla de la comisión y a ella le sube la temperatura. Él se libera de la ropa mientras confirma una adjudicación y ella le ofrece una mordida. Él le dice “te vas a forrar”, ella le dice “dame más” y el contesta “por detrás” en un final que roza el esperpento. Menos mal que se trata de ficción.   

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