lunes, 9 de junio de 2014

LAS BRAGAS AL BOLSILLO


                                      


Ambos sexos por igual, cuando estamos en pareja y en función del contexto, tenemos tendencia a acotar para dejar claro al resto hasta donde se puede llegar. A esto se le llama “marcar el terreno” y su aplicación concreta a la vida real recoge el clásico beso superficial cuando la pareja de uno llega o se va, la palmada en el trasero de él a ella en plan casual o el apretón de muslo furtivo de ella a él cuando alrededor el ambiente es festivo, el sentarse en las rodillas del varón en el momento en el que se detecta la presencia de otra dama pendón, abrazar por detrás y mordisquear el cuello de la esposa cuando esta se contonea por la pista de baile con mirada peligrosa, y una larga lista de movimientos, que proceden del inconsciente, y que tienen su réplica en el mundo animal, de manera que para todos es algo habitual. Hace poco una bella mujer comparte conmigo su pequeña estrategia de placaje destinada a recordarle a su marido, cuando está distraído, que es ella la que tiene el poder. «No hay nada tan efectivo como quitarte las bragas con disimulo y metérselas en su bolsillo. Mejor si llevas falda y os encontráis en plena cena o estáis bailando», me cuenta. Con ese sencillo gesto la interesada no sólo consigue captar la atención de su pareja, sino que a la vez que lo “marca” con la prenda íntima, instala en su pensamiento la imagen de esa zona privada de su cuerpo liberada de la ropa interior, tentadoramente accesible. «Antes de salir pulverizo las bragas con mi perfume, Trésor de Lancôme, y así si las toca, cada vez que se acerca la mano a la boca, se multiplica el efecto», explica. En mi opinión esta técnica posee el componente provocativo y algo de sofisticación, al aunar en la mente el concepto de promesa, el de imaginación y hasta un punto de advertencia. Pues, ¿podrá el marido actuar con coherencia sabiendo lo que le ocurre a su esposa debajo del vestido?

1 comentario:

  1. Imposible. Imposible pensar en otra cosa. Efectivamente, tu amiga ha dado con la táctica correcta.
    Saludos.

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